Buenas queridos lectores. Vengo con más lecciones y consejos. ¡Siii, consejos! Me encanta escribirlos, me entretiene mucho, me gusta y me ayuda a mi. Por favor, no me odies por haber pasado tanto tiempo sin subir. Hago lo que puedo con el poco tiempo del que dispongo.
Como habéis podido intuir por el título, voy a intentar ayudaros a trabajar con el factor que sobre el que más leemos últimamente en la literatura para jóvenes: el amado y odiado triángulo amoroso.
Diréis: odiado, pero Romana, ¡sí a mi me encantan los triángulos amorosos! Bien, pues dejadme deciros algo, como todo sobre lo que escribimos, depende. Y es que hoy en día los tenemos a punta pala, están por todas partes: series, pelis, libros, da igual donde mires, ¡te los meten por los ojos!
Bueno, en esta entrada voy a analizar algunos triángulos, como ejemplos, y después escribiré algunas pautas que yo misma uso para: a) caer en un triangulo mal hecho y b) no escribir uno innecesario.
Empecemos con el triángulo amoroso más famoso del momento: es un best-seller de los más conocidos, ha sido llevado al cine y tiene uno de los Fandoms más conocidos mundialmente.
Sí, chicos y chicas, estoy hablando de Los Juegos del Hambre por S. Collins.
Los juegos del hambre:
Os preguntareis porque neutro, pues bien. Collins es muy lista, sabía con qué audiencia iba a tratar, como afectaría la historia, como la gente reaccionaría ante él. Quiero decir, aunque no todas, mucha de las fans lo leen por la historia de amor y por ver con quien acabará Katniss.
Ahora bien, no desvía tanto la atención de la historia principal, era como una carga añadida. Aun así, consigue darle puntos a la historia, que sin ellos se habría desarrollado de otra manera, así como a los personajes. Podemos ver como su opinión cambia y le cuesta darse cuenta de sus sentimientos, pero en cuento llega al campo de batalla, no son un impedimento para sobrevivir. Y aunque la historia de amor es la que causa el curso de los hechos (SPOILER: Peeta y Katniss ganando los dos juntos) no es la razón por la que Katniss decide tomarse las bayas. Por muy mal que me explique espero que me estéis entendiendo.
¿Cómo escribo un triángulo así? Fácil. Bueno, quien dice fácil… Pero relativamente, solo tendría que, por ejemplo, hacer que la chica (o chico) ya tenga una especie de relación con alguien y de repente la persona 2, ¡PAM! aparezca y lo líe todo. O una persona del pasado renazca de sus cenizas para meterse donde no le llaman… o sí. Aunque estas son técnicas muy rudimentarias, con un poquito de talento todo es posible, y estoy segura de que todos lo tenéis, se pueden dar matices y retoques únicos. Y que este triángulo no afecte a la historia principal es más fácil aún. Piense: sin la persona B, ¿que pasaría? Si cambia alguna decisión importante o pasan cosas de forma diferentes: nope. Pero si todo sigue igual, ¡enhorabuena! Ha conseguido crear un triángulo subhistoria.
Triangulo número dos. Me gusta llamar a esto un triángulo bilateral. Básicamente, porque uno de los lados, bueno, no cuenta. Por eso, se lleva la etiqueta de malo. Dato, hablo del que Stephenie Meyer intentó, y digo intentó porque no me pareció un triángulo del todo, sino más bien una pareja con un tercer elemento estorbo, en Crepúsculo. Y ALTO, no creo que Meyer sea mala escritora, simplemente, no me gusta como afronto la historia. Podía haberla desarrollado de otra manera y tiene bastante talento, podía haberlo hecho mejor pero me falla Bella y su relación con la mayoría de personajes. Bueno, mini análisis, allá voy.
Crepúsculo
Cualquier persona que haya leído los libros supo desde un principio con quien iba a quedarse Bella. Jacob era un entretenimiento para ella, nunca pensó en él como un “candidato” a sus sentimientos. Y el hecho de que la gente intente pasarlo como un triángulo cuando la única relación que realmente vemos en el libros es una obsesión por ella por parte de Jacob, me parece ridículo.
De todos los libros de Meyer que he leído, todos incluyen un triángulos amoroso, pero, a diferencia de él que creó en Crepúsculo, en el libro de The Host, el triángulo amoroso tenía mucho sentido, estaba bien estructurado y no sabía cómo iban a acabar las cosas, que es lo que realmente pretendes.
Como dudo que nadie quiera crear un triángulo así, (excepto que uno de los personajes se arrastre por otro pero, bah, bueno) os daré unos consejos en cómo evitarlo. Para empezar, tenéis que pensar en las relaciones entre personajes. Piensa en ese vértice que sientes sobrante, que no sabes si poner o no: ¿realmente necesita ser romántica? ¿Puedes sustituirla por una de amistad? ¿Sí? ¡Enhorabuena! Has exfoliado otra imperfección. También, intenta analizar en el impacto que tiene la llegada de esos personajes a la vida de nuestros protagonistas: es amor sencillo a primera vista, atracción, etc. Porque a veces vemos un triángulo potencial y después, meh. Nos damos cuenta de que podemos quitarlo pero nos asusta cómo quedará la historia sin él. Si te cuesta escribir escenas de amor entre tu protagonista y ese personaje que dudas que ame, ahí esta tu primera señal: si no viene de forma natural, lo estas forzando, así que no lo necesitas.
Y por último, os voy a mostrar el triángulo del que estoy enamorada en ese momento. Me encanta como lo pone, lo bien diseñado que está y la manera que afecta a los personajes, si bien veo un par de fallos corregibles, como la caracterización de la protagonista y la sobredescripción de su ropa (me encantan los vestidos y ojalá pudiera tener más y la habilidad de la autora para describirlos y hacérselos ver, pero es que a veces me cansa que haya casi en cada capítulo). Y mucha gente puede pensar en él como un cliché, pero a mí me parece que la manera asexualizada y la forma en la que Maas construyó la relación la hace maravillosa. El libro lo podéis encontrar en la página de Recomendaciones que nuestra querida admin Tess ha organizado para nosotras. Se trata de Trono de Cristal de Sarah J. Maas.
Trono de Cristal
La razón por la que creo que está tan bien hecho es que, al igual que en el primero, no modifica la historia principal, pero tampoco es una subhistoria, sino que tiene su propia línea, y ambas se entrelazan y se afectan la una a la otra. Pequeñas cosas como escucharse tocando el piano, ir juntos a la biblioteca o entrenar nos dan pistas de los sentimientos de la protagonista (Celaena) por Chaol y Dorian y viceversa. Después, cosas más grandes como encontrar cadáveres o asesinar nos enseñan hasta donde llegan esos sentimientos. También afectan a las razones de Celeana para hacer lo que hace, quedarse, o seguir órdenes. Por tanto, son dos historia conviviendo en un mismo libro, de dos géneros distintos (¡viva la mezcla!) y que, aunque a veces se alternan, suelen ir juntas.
Como conseguir que tu triángulo amoroso no apeste: paso uno, coge dos personajes. Paso dos, enamórelos de la misma persona. Paso tres, juega con ellos, observa cómo se desenvuelven. Escribe escenas non-canon (es decir, que no van a salir en el libro) y trabaja con ello, porque todo se reduce a la práctica, al conocer a tus personajes y escribir hasta que te sangren los dedos y no sepas qué más hacer y veas que merece la pena. También, intenta llegar al punto en el que, aunque sabes con quien quieres que acabe, te confundas a ti mismo, dudes, que pienses lo que es lector va a pensar.
Y hasta aquí un pequeño estudio en los triángulos amorosos. Sé que no es mucho, pero espero que os haya servido de ayuda si estáis pensando en escribir uno. Dejadme un comentario de si os gustan o no, de si estáis hartos o si os dan igual.
Y recordad: escribid mucho, leed más y manteneos creativos 🙂
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