Estudio de la primera persona

A continuación os voy a mostrar un estudio sobre hacer tu narrador en primera persona: ventajas, inconvenientes y formas para ir más allá de las limitaciones que implica. Como ya expliqué en esta entrada, puede haber narrador protagonista, testigo o transcriptor. 

LO BUENO, LO MALO… y lo intermedio

2REdConexión protagonista-lector y empatía BOTONbueno

Una conexión entre protagonista y lector es vital para que éste se vea enganchado a la lectura. El que se crea cuando tenemos un narrador protagonista es muy fuerte, porque se encuentran en un ambiente muy íntimo, casi como si estuvieran cara a cara: uno contando su historia y el otro escuchando (en realidad, leyendo, pero ya me comprendéis). Gracias a que le cuenta TODO, pensamientos y sentimientos incluidos, logra una empatía. El lector no tiene porque haber pasado esa situación, pero puede comprender la forma de reaccionar del protagonista.

Ese desconocido del principio BOTONmalo

Al comienzo de tu novela, siempre verán a tu protagonista como «ese desconocido». No saben quien es. El arduo trabajo que le corresponde en ese momento a tu personaje es darse a conocer con bastante precisión, para que no sea un anónimo nunca más. Es aconsejable que el lector lo empiece a conocer en la primera escena, para que se pase cuanto antes la sensación de extrañeza.

Visión subjetiva en todo momento BOTONneutro

¡Cuidado! Aquí tenemos algo bueno y algo malo:

Hace que te metas en su mundo y que llegues a conocerle muy bien. Al conocer todas sus razones a la hora de actuar, creas con él una conexión de empatía muy fuerte, no le conoces solo por sus acciones. Pero (y aquí viene lo malo) al ver todo por los ojos de una sola persona corres el riesgo de perderte las opiniones de todos los demás. Siempre verás todo distorsionado por los pensamientos del protagonista, no puedes esperar una visión objetiva de los acontecimientos. Puede a veces ser demasiado introspectivo y explicar todo con un monólogo interior, por lo que no da paso al diálogo y la acción (que es lo único que se tiene para saber qué piensan los demás de él).

Credulidad BOTONbueno

Como es el propio protagonista el que te cuenta su historia, no puedes discutirle nada. Él lo ha vivido, y eso hace que no le puedas replicar nada (aunque sea una historia de fantasía inverosímil), porque te está contando todo directamente. Aunque sea un poco estúpido, tu cerebro te grita: «¡Esa persona ha estado allí y tú no! ¡Créela!». Obviamente, no te lo crees (de forma literal), pero es mucho más difícil poner pegas cuando alguien te está contando algo de primera mano.

Se necesita alguien cautivador BOTONmalo

No puede ser mediocre. Todos hemos leído una novela que es completamente arruinada por un narrador protagonista que no tiene chispa. Y lo que no tiene chispa, aburre. Si no estás seguro que tu protagonista tiene dotes para la narración y es de verdad excelente, es mejor que te replantees la voz de la historia y pongas a un narrador en tercera que desvíe la atención de sí mismo, que pase un poco más desapercibido. Para que tu protagonista sea el que cuente su anécdota, debe tener algo. Y ese algo es una personalidad cautivadora.

Simetría del habla BOTONmalo

Recordemos que tu personaje y el narrador son la MISMA PERSONA. Por eso, ambos tienen que tener un determinado modo de expresarse, condicionado por su edad, sexo, formación… A no ser que sea un narrador en pasado. Personalmente, me parece que escribir en este tiempo es una gran ventaja, porque al contar una historia que le pasó antiguamente, el narrador puede haberse curtido con el paso de la vida y ser mucho más sabio ahora que antes, lo que se muestra en su vocabulario y opiniones.

Esas escenas donde no está involucrado BOTONneutro

Cuando no está presente es muy (pero que muy) difícil explicar qué ha pasado, porque supuestamente, nuestro personaje no puede saber nada. Lo bueno es que hay varias maneras de superar esto, muy eficaces y recurridas por los grandes, que aportan algo de variedad en las escenas.

  • Método «La carta»: Utilizado en todas las novelas de Jane Austen. Sencillo y a la vez, muy efectivo. El protagonista recibe una carta de otra persona, donde ésta le cuenta la escena que se ha perdido (suele ser del periodo que han pasado separados o un acontecimiento pasado). Se puede sustituir «La carta» por «La llamada telefónica», pero ésta precisa de diálogo, mientras que el encanto de la carta es que solo se cuenta la experiencia de una persona, sin interacciones. Ventajas: 1. Se ve la perspectiva de otro personaje 2. Se ahorra tiempo 3. La información llega sin modificar.
  • Método «Consigue un topo»: Muy parecido a la carta, pero sin instrumento intermediador. Es un personaje que corre a contarle los hechos al protagonista. Hay un diálogo entre ambos y se puede jugar con las palabras, el tono de voz y las expresiones corporales.
  • Método «Yo sé cosas»: Solo lo veo posible si tenemos al narrador en pasado. Consiste en que el propio protagonista cuente la escena… Digamos que por ciencia infusa. Es decir, él no estuvo allí, nadie se lo ha contado, pero damos por hecho que por ser el narrador «sabe cosas». Es un cambio de voz a Omnisciente. «Mientras que yo descansaba en aquella habitación tan lujosa, en el piso inferior estaba pasando lo inimaginable. Un ladrón se había colado por la ventana que la criada había dejado abierta seguramente pensado que de este modo el viento se llevaría todo el mal ambiente que se había formado en la casa«. Por poner un ejemplo, este método se usa mucho en Fairy Oak.

Y físicamente… BOTONmalo

Uno de los puntos más apremiantes para conocer al protagonista, a primeras, es saber qué aspecto tiene. La personalidad se va descubriendo a medida que pasan los capítulos, pero rara vez pasa lo mismo con el físico. Preferimos decirlo de tirón para que el lector sepa bien qué se tiene que imaginar. Lo malo del narrador en primera persona es que no puede describirse a si mismo de una manera objetiva. No puede decir lo guapo que es, aunque lo sea de verdad, porque sino caería mal. La única manera de que sepamos que es atractivo, sería por lo que dicen/hacen los demás.

«Mis piernas son largas y delgadas, y estoy muy orgullosa de ellas por lo que me gusta ponerme minifalda. A la mayoría de chicos también les gusta que la lleve«. ¿Qué piensas de esto? Que esta niña necesita dos tortas para que se le baje la tontería, porque peca de vanidosa. ¿Y si es verdad y es una barbie viviente? En muchos libros pasa que la protagonista es guapísima. Se puede optar por lo contrario y encubrir la belleza: «Mis piernas son extremadamente largas. Intento con todas mis fuerzas ocultarlas, pero ya de pequeña me llamaban la araña muchos chicos de mi clase. No sé si es un apodo bueno o malo para ellos, pero a mí me parece repulsivo«. De esta manera se puede ocultar con modestia una virtud física.

En la descripción física, hay que evitar los clichés. Sobretodo el famoso «Me miré al espejo y vi…» Si estás convencido en añadir una escena así, asegúrate de que sea algo original.

Próximamente: entrada sobre como describir.

El juego del lenguaje corporal BOTONbueno

Siempre es entretenido jugar con el lenguaje corporal para reforzar lo que dicen nuestros personajes, y en el hecho de narrar como protagonista lo hace mucho más divertido. También se puede mentir de forma no verbal de una manera mucho más eficaz que con las palabras. Al tener al lector dentro de la mente del protagonista, el cuerpo y todo lo que decimos por él se vuelve casi esencial. No solo eso, también lo que nos dicen los demás personajes a través de los suyos. Comprendemos que al haber desechado la carta del narrador omnisciente, no sabemos lo que les ronda a los demás por sus cabezas, por eso sus actos (incluso más que sus palabras) son nuestra baza para conocerlos.

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5 comentarios en “Estudio de la primera persona

  1. Www, es mi voz narrativa favorita de leer y jamás me había dado cuenta de los inconvenientes que tiene. Me ha marcado mucho lo del físico. Es verdad que es complicado la descripción!!!!! intentaré olvidarme de los clichés en ese aspecto!

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  2. Pregunto: a alguien se le ocurre algún truco más para cuando el protagonista (narrador) no sale en la escena, pero aún así tiene que contar lo que pasó? . Blogger loco.

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    • Buenas Blogger Loco:
      Se me ocurre que el protagonista ya se lo oliera, que sospechara algo y lo diera por sentado. Luego resulta que tenía razón, que había pasado. Para (averiguarlo) cerciorarse, por ejemplo, puede lanzar indirectas a la cara de uno de los personajes que sí estuvo ahí hasta que confiese o interrogarlo directamente
      Cris

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