Autores rechazados por las editoriales

La verdad es que (casi) nadie publica un libro a la primera. Estos autores que presento a continuación, no fueron una excepción. De hecho, fueron rechazados por muchas editoriales antes de conseguirlo… ¡Y ahora son mundialmente famosos! ¿Reconoces a alguno?

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  1. Seuss: El editor de Dr. Seuss rechazó un total de 16 originales suyos antes de aceptar uno de ellos.
  2. C. S. Lewis, autor de `Las crónicas de Narnia´ y `Cartas del Diablo a su sobrino´, obtuvo más de 800 negativas antes de vender un solo escrito
  3. James Joyce: El ‘Ulises’ fue calificado como obsceno y eso hizo que fuera rechazado por varios editores.
  4. Isaac Asimov: Muchas de sus historias fueron rechazadas hasta el punto de llegarse a perder después de no haber podido ser vendidas.
  5. John le Carre: Su primera novela, ‘El espía que surgió del frío’, fue dada de lado por los editores porque le Carre “no tenía ningún futuro como escritor”. Un editor le envió el manuscrito a un compañero con el siguiente mensaje: “Te presento a le Carré. No tiene ningún futuro”.
  6. Jasper Fforde: Tuvo que soportar 76 rechazos antes de conseguir publicar ‘El caso de Jane Eyre’.
  7. William Saroyan: Recibió 7.000 rechazos antes de conseguir vender su primer relato breve (¡Récord!)
  8. Laura Gallego: Fue rechazada por 13 editores antes de que El Barco de Vapor publicara su libro `Finis Mundi´, tras ganar su concurso literario.
  9. William Golding: ‘El señor de las moscas’ fue rechazado 20 veces antes de ser publicado.
  10. Kenneth Grahame: ‘El viento en los sauces‘ en principio no iba a ser publicado jamás, y fue rechazado en los Estados Unidos antes de ser publicado en Inglaterra.
  11. James Baldwin: ‘La habitación de Giovanni‘ fue calificada de “tan mala que no cabe ninguna esperanza“.
  12. Ursula K. Le Guin: Un editor le dijo a Ursula K. Le Guin que ‘La mano izquierda de la oscuridad‘ era “demasiado complicada“.
  13. Pearl S. Buck: Su primera novela, ‘Viento del este, viento del oeste‘, fue rechazada por todos los editores de Nueva York… Menos uno.
  14. J.K. Rowling: J.K. Rowling envió el manuscrito de `Harry Potter´ a 12 editoriales… Rechazándolo todas ellas. Finalmente, la hija de ocho años del presidente de Bloomsbury convenció a su padre para que lo editara.
  15. Louisa May Alcott: Le dijeron que siguiera trabajando como maestra porque no tenía futuro como escritora.
  16. Isaac Bashevis Singer: Fue rechazado por muchos editores… Antes de ganar el Premio Nobel, claro.
  17. Agatha Christie: Agatha Christie pasó cuatro largos años suplicando a las editoriales para que publicaran alguna de sus novelas. Hoy, se estima que se han vendido ya más de cuatro mil millones de copias de sus 79 libros, una cifra sólo equiparable a Shakespeare.
  18. Tony Hillerman: A Tony Hillerman le dijeron que se deshiciera “de todas esas historias de indios“.
  19. Zane Grey: Decidió autoeditar su primer libro después de haber recibido varias docenas de rechazos.
  20. Stephen King: Stephen King destruyó su primera novela larga después de que ésta fuera rechazada, y la segunda tampoco fue apreciada por las editoriales. Sólo consiguió publicar a partir de su famosa novela, ‘Carrie‘. Tampoco tuvo buenas críticas: “No estamos interesados en ciencia ficción que tenga que ver con utopías negativas. No venden”.
  21. Jack Canfield y Mark Victor Hansen: ‘Sopa de pollo para el alma‘ fue rechazado 134 veces.
  22. William Faulkner: Su libro ‘Santuario‘ fue tildado de “impublicable“.
  23. Patrick Dennis: ‘Mi tía y yo‘ fue rechazada por 17 editores.
  24. George Orwell: ‘Rebelión en la granja‘, una sátira contra la corrupción política, fue rechazada con el siguiente comentario: “Es imposible vender historias de animales en Estados Unidos”.
  25. Meg Cabot: La autora de la serie ‘El diario de la princesa‘ guarda una saca de correos llena de cartas de rechazo.
  26. Richard Bach: 18 editores pensaron que un libro sobre una gaviota esa algo ridículo antes de que alguien decidiera publicar ‘Juan Salvador Gaviota‘.
  27. Beatrix Potter: ‘The Tale of Peter Rabbit‘ (conocido como ‘El cuento de Perico el conejo travieso‘ en España y ‘El cuento de Pedrito Conejo‘ en Hispanoamérica) tuvo que ser autoeditado por la propia autora.
  28. John Grisham: Su novela ‘Tiempo de matar‘ fue rechazada por 16 editoriales antes de conseguir que un agente leyera el manuscrito… Y también lo rechazara.
  29. Shannon Hale: Shannon Hale fue rechazada muchas veces antes de que  Bloomsbury se decidiera a publicar ‘La princesa que hablaba con el viento‘.
  30. Richard Hooker: El libro que inspiró tanto la película como la serie de televisión M*A*S*H* fue rechazado por 21 editoriales.
  31. Jorge Luis Borges: En el caso de Borges el rechazo vino de mano de algunos editores extranjeros que dijeron que su obra era “totalmente intraducible“.
  32. Thor Heyerdahl: Fueron muchos los editores que consideraron que ‘Kon-Tiki‘ (best-seller traducido a 66 idiomas) no era lo suficientemente interesante como para merecer ser publicado.
  33. Vladmir Nabokov: ‘Lolita‘ fue rechazada por 5 editoriales que tenían miedo de ser perseguidas por obscenidad antes de que la novela se publicara en París.
  34. Laurence Peter: Laurence Peter tuvo que soportar 22 rechazos antes de alcanzar el éxito con ‘El principio de Peter‘.
  35. Jack Kerouac: Algunos de sus trabajos fueron rechazados por pornográficos.
  36. Richard Doddridge Blackmore: Su ‘Lorna Doone‘ fue rechazado 18 veces antes de ser publicado.
  37. Sylvia Plath: Muchos de los poemas de Sylvia Plath fueron rechazados por los editores.
  38. Robert Pirsig: ‘Zen y el arte del mantenimiento de la motocicleta‘ fue rechazado 121 veces antes de que millones de lectores pudieran disfrutar de él.
  39. James Patterson: Fue rechazado por más de una docena de editoriales antes de que un agente que encontró en un periódico consiguiera vender su manuscrito.
  40. Gertrude Stein: Pasó 22 años enviando sus poemas a los editores antes de que ninguno de ellos fuera aceptado.
  41. E. Cummings: E.E. Cummings mencionó en el propio libro a los 14 editores que rechazaron ‘No Thanks‘.
  42. Judy Blume: Judy Blum no recibió nada más que rechazos durante dos años antes de lograr ser publicada.
  43. Irving Stone: ‘Anhelo de vivir‘ fue rechazado por 16 editoriales diferentes.
  44. Madeline L’Engle: Su obra maestra, ‘Una arruga en el tiempo‘ fue rechazada por 26 editores por ser, según ellos, “demasiado diferente”.
  45. Rudyard Kipling: Es el autor de ‘El Libro de la Selvay fue rechazado por el San Francisco Examiner con esta nota: “Lo siento, Sr. Kipling, pero sencillamente no sabe usted usar el inglés”. No tardaría mucho tiempo en convertirse en el primer británico en ganar el Premio Nobel de Literatura, y continúa siendo el escritor más joven en haberlo logrado.
  46. Marcel Proust: La editorial con la que se topó  fue tan coloquial como hiriente respecto a su gran obra, `En busca del tiempo perdido´: “Mi querido amigo, puede que esté muerto de cuello para arriba, pero aún así no veo por qué un tío puede necesitar 30 páginas para describir cómo cambia de postura en la cama antes de dormir”. El escritor francés llegó hasta el punto de pagar de su bolsillo a una editorial para ver publicada su obra.
  47. Frank Herbert: Antes de llegar a la imprenta, ‘Dune‘ fue rechazado 20 veces.
  48. Marcel Proust: Fue rechazado tantas veces que decidió pagar a alguien de su propio bolsillo para que le publicara.
  49. Richard Adams: Las dos hijas de Richard Adams le animaron a publicar ‘La colina de Watership‘ en formato libro, pero parece que las 13 primeras editoriales con las que contactó no fueron del mismo parecer.
  50. Ana Frank: ‘El diario de Ana Frank‘ fue rechazado por un total de 15 editoriales antes de ver la luz. Recibió esta respuesta de una editorial: `Esta chica no tiene una percepción ni sentimiento especial que eleve este libro por encima del nivel de la curiosidad´.
  51. Margaret Mitchell: ‘Lo que el viento se llevó‘ fue rechazado 38 veces.
  52. Alex Haley: El autor de ‘Raíces‘ escribió día tras día durante 8 años antes de alcanzar el éxito.
  53. Scott Fitzgerald: Un editor dijo una vez: “Tendrías un libro decente si prescindieras del personaje de Gatsby”, en referencia a su obra más exitosa, El gran Gatsby.

Así que a menudo el problema para lograr reconocimiento no reside en la falta de talento del escritor, sino en el dudoso criterio de los editores. Por eso, ¡confiad en vuestro trabajo y perseverad!

Si ellos siguieron a pesar de todo y consiguieron llegar a la cima, ¿por qué no tú?

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10 consejos para la fluidez, de Elmore Leonard

Elmore Leonard, escritor y guionista estadounidense, especializado en novela policíaca, nos da 10 consejos para escribir con fluidez en el periódico The Guardian.

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1. Nunca empieces un libro hablando del tiempo para dar ambiente, aunque sí que puedes hacerlo si quieres para mostrar la reacción de tu personaje ante ese tiempo.

2. Evita los prólogos. En una novela, el prólogo se usa para hablar sobre la historia de fondo de los personajes. Y esa información la puedes deslizar también en cualquier otro punto de la historia.

3Nunca uses otro verbo que no sea “dijo” para acotar el diálogo. El diálogo pertenece a los personajes y las acotaciones son el lugar en el que el autor mete su nariz para que el lector sepa quién está hablando. El autor debería ser lo menos intrusivo posible.

4. Nunca uses un adverbio para modificar ese verbo “dijo”. Éste es un pecado mortal. Al utilizar esos adverbios, el escritor se expone por encima de sus personajes, distrayendo al lector e interrumpiendo el ritmo del diálogo.

5. ¡No te excedas con los signos de exclamación! Para hacerte una idea, imagina que no se te permiten más de dos o tres exclamaciones por cada 100.000 palabras de prosa.

6. Nunca uses expresiones como “de repente”. Esta regla no necesita mayor explicación. He comprobado que los autores que más usan este tipo de expresiones son también los más generosos con sus signos de exclamación.

7. Utiliza los dialectos regionales lo menos posible. Una vez empieces a transcribir fonéticamente esos dialectos, no serás capaz de parar. Así que lo mejor será que no tomes ese camino.

8. Evita las descripciones detalladas de los personajes.

9. Lo mismo es también aplicable a los lugares y a los objetos, a no ser que seas Margaret Atwood y seas capaz de pintar con tu lenguaje.

10. No escribas las partes que los lectores se suelen saltar. Piensa en qué es lo que tú te sueles saltar en una novela, y no malgastes tu tiempo (ni el de tu lector) en escribir esos trozos.

¿Estás de acuerdo con estas reglas? ¿Las sigues en tu escritura? ¿Hay alguna con la que no te sientas cómodo? ¡Aporta también nuevas ideas para escribir con fluidez!

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Mantente creativo y las claves

Estas con unas claves para mantenerte y hacerte más creativo. Con estos trucos, abandonarás el estancamiento diario.

 _llist Y para los que tengan problemas con los idiomas:

1. Haz listas

El cerebro sobretodo el cerebro de un escritor, tiende a exagerar todo y, desgraciadamente, a colapsarse. Haciendo listas, ordenamos todo aquello que tenemos por hacer y nos damos cuenta de que, después de todo, no era para tanto. Así, dejamos el camino despejado para la creatividad. Y siempre puedes darte el gustazo de tacharlo de la lista una vez realizado.

2. Lleva un cuaderno a todas partes

Nunca sabes cuando ni donde va a asaltarte la imaginación, así que es mejor ser previsor y llevar cuaderno y bolígrafo a todas partes.  Así como los grandes pintores siempre tratan de tener el blog de dibujo cerca, los escritores no deben de ser menos, y no deben prescindir de sus herramientas de trabajo. Recordamos que siempre va a ser mejor una libreta (aunque sea pequeña) que hojas sueltas que se pueden perder, y que la sensación de tener un lápiz en la mano es mucho más gratificante que escribir las ideas esquemáticamente en «Notas» de tu teléfono móvil.

3. Prueba la escritura libre

Sin esquemas ni ideas pensadas de antemano, escribir por escribir, sin pensar mucho en ello. Nada demasiado impresionante, ni premeditado, ni siquiera «bueno». Tan solo acariciar una idea y plasmarla. No es «algo perdido» si no se llega a ser un libro best-seller. Algo muy pequeño acaba convirtiéndose en algo muy grande. ¿No sabes qué hacer? Puedes empezar con una frase, incluso con una palabra.

4. Mantente alejado del ordenador

Y de la televisión. Y del teléfono. Y de todas esas redes sociales a las que estás enganchado y que te roban tiempo y merman tu imaginación. Así que deshazte de ellas por un rato.

5. Sé poco realista

Atrévete a ser distinto, si eso es lo que eres. Sé diferente, como de otro mundo, en el mejor de los sentidos. Deja a un lado tu parte realista para adentrarte en ese mundo que tienes en tu interior. Tienes que conseguir ser original en tu día a día, siendo tú mismo.

6. Machácate

A base de esfuerzo, se mueve el mundo. No hace falta que seas excesivamente duro contigo mismo, pero ponte metas altas y haz todo lo que puedas para llegar a ellas.

7. Ten descansos

No todo es trabajo, y tu cerebro agradecerá un alto para relajarte: tomar una ducha, dar un paseo, hacer ejercicio… Las estadísticas dicen que la mente se bloquea después de 2 horas de estudio y se necesitan 20 minutos de ocio para volver a ponerla en funcionamiento. Esto se aplica también a la escritura.

8. Canta en la ducha

O en cualquier otra parte. Deja que tu mente desconecte y cantando, se mejora tanto tu animo como el de los demás. Una persona alegre es más creativa, por eso sonríe mucho y canta más.

9. Bebe café o té

Una bebida que estimula tu cerebro y te despeja, por lo que puedes pensar con más claridad. Siempre intenta darte un capricho y probar comida nueva. Aunque es mejor no pasarse con el café, es muy recomendable tener una taza humeante en tu mesa de trabajo.

10. Conoce tus raíces

Conocer de donde vienes para saber donde vas. Una fuente de ideas inmensa es aquella que emana de las personas que tienen más vida detrás que delante. No te asustes de preguntar a tus padres o abuelos sobre sus experiencias, sobre la época en la que se criaron y los problemas que debieron superar, porque esto es también parte de tus raíces.

11. Escucha música nueva

La música es extremadamente estimulante, incluso se han hecho colecciones enteras basadas en el sentimiento que produce una canción. Así que no te limites a escuchar una y otra vez la misma lista de reproducción. ¡Sorpréndete! Incluso atrévete con otro tipo de música. No sabes lo que te puede gustar hasta que no lo pruebas.

12. Sé abierto

Todos somos iguales, y de algún modo terriblemente distintos, y siempre, siempre, tienen algo que enseñarte, o tú algo que puedes aportar al resto. No te cierres a nada, aunque no lo puedas comprender, pregunta aunque peques de curioso.

13. Rodéate de gente creativa

Intenta juntarte con otra gente creativa, siempre que puedas. Escritores, músicos, pintores… Todos somos artistas. No importa si te superan en experiencia o, al contrario, tú tienes mucho que enseñarles a ellos. La creatividad atrae a la creatividad.

14. Obtén comentarios

Hay veces que uno mismo no ve sus propios errores, por eso, obtén críticas tanto buenas como malas. No tengas miedo a las opiniones de la gente y deja que te ayuden con ellas.

15. Colabora

Escribir es algo tanto individual como universal. No debes esconder lo que escribes. Puedes colaborar sin que te des cuenta: la única idea mala es aquella que no se expresa. Puede que aunque a ti no te sirva de nada, a otra persona le sirve de inspiración para sus propios proyectos.

Que al final esto de escribir, aunque sea en una habitación, a solas, y con una luz muy tenue; es una experiencia social y para compartir.

16. No te rindas

Nunca. A veces te sentirás con ganas de todo y notarás el apoyo de todos, pero otras veces puede que el mundo te deje un poco de lado. No desistas. Incluso en esos momentos, sigue.

17. Practica, practica, practica

Se necesitan diez mil horas de práctica para ser el mejor en algo. No basta con el talento innato… ¡Ojalá, pero no! Esfuerzo, dedicación y una gran voluntad son las virtudes que tienes que intentar poseer a toda costa.

18. Permítete cometer errores

¿Has cometido un error? ¡Enhorabuena, eres humano! Y ahora solo hay que rectificar. Gracias a ese resbalón has aprendido, así que no lo lamentes.

19. Vete a algún sitio nuevo

Encontrarte en nuevas situaciones, puede ser un gran incentivo para que tu imaginación se ponga a trabajar. No tengas miedo a ir a sitios desconocidos o a probar cosas que nunca has hecho.

20. Ve películas extranjeras

Ver películas extranjeras, así como leer libros de otros países, abre los ojos sobre nuestro mundo y ayuda a comprender mejor otras culturas. También es aconsejable que te acerques a los clásicos, tanto en el término literario como cinematográfico. Puedes aprender mucho de personas que triunfaron antes que tú, aunque ahora estén muertas.

21. Ten en cuenta tus virtudes

De hecho, enuméralas para que no se te olviden. No te fijes en ver solo los defectos, algo que tendemos a hacer. Haz una lista de todos los cumplidos que te han hecho y amplíala cada día.

22. Duerme bien

Asegúrate de tener «tu santuario» para dormir, donde lo puedas hacer profundamente, bien y mucho. Es importante, ya que ese es el tiempo donde se almacenan todo lo que has aprendido en el día. No te vayas a la cama sin saber algo nuevo. Esto te obliga a estar atento cada día para buscar nueva información que luego puedas almacenar por la noche. Además, en el mundo de los sueños se encuentran nuevas ideas sorprendentes.

24. Rompe las reglas

Ya sabéis lo que suele decirse: las normas hay que conocerlas para poder romperlas. Pero, una vez vayas conociéndolas, atrévete de vez en cuando a transgredirlas un poco, a escribir de otra forma, a probar otras cosas. Seguramente te equivocarás muchas veces, pero alguna acertarás y descubrirás algo nuevo.

25. Haz más de lo que te haga feliz

Hay que sacar del escritor su parte positiva. Tienes que intentar ser feliz para contrarrestar ese lado negativo que opaca nuestra imaginación. Haciendo lo que te gusta, puedes perseguir esa felicidad.

26. No lo fuerces

A veces, simplemente, no se puede. Así que olvídate e intenta relajarte. Ya saldrá, no te preocupes. Simplemente, puede que el momento no sea ahora.

27. Lee una página del diccionario 

Diariamente, a poder ser, o al menos cada semana. Es impresionante como sin darte cuenta, tu vocabulario no para de crecer e, incluso, aparecen nuevas ideas a base de una sola palabra.

28. Crea un esquema

Después de tener elaborada tu lista, relaciona todos los conceptos en un esquema hasta haber conseguido un puzzle bien estructurado.

29. Para de intentar ser alguien perfecto

No lo eres, y nos encanta que no lo seas. La perfección no existe y cuando piensas que has llegado a ella y dejas de practicar y esforzarte, entonces dejas de ser perfecto.

30. ¿Tienes una idea? Apúntala

Muy relacionada con el punto 2 «Lleva un cuaderno a todas partes». Debes tener muchos cuadernos, ocupados o todavía sin estrenar. No se te ocurra tirar algo porque «no es bueno», porque con el tiempo se mira todo con otros ojos. Archiva.

31. Limpia tu sitio de trabajo

No se puede trabajar en un sitio en el que no estés a gusto. Así que haz orden de ven en cuando, esmérate en dejarlo bonito. Si estás muy desesperado, puedes cambiar de lugar de vez en cuando. El cerebro se activa ante situaciones, o en este caso lugares, nuevos.

32. Diviértete

Tienes que salir de la apatía para poder abrir tu mente a la creatividad. La felicidad es un buen motor. Para eso, haz una lista de las cosas que quieres hacer antes de morir, las que de verdad te harían feliz. Que no se queden en un papel: hazlas.

33. Acaba algo

Es una satisfacción enorme ver algo acabado. No hace falta que sea algo literario. Cualquier cosa del día a día que puedas acabar, no lo dudes, acábala. Pronto te acostumbrarás también a hacerlo con tu novela.

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4 consejos para escribir, de George Orwell

George Orwell, «economista de palabras»: Consejos para escribir de forma concisa.
Orwell era un apasionado defensor de la buena escritura. Por lo tanto, es posible que usted desee conocer algunos de sus consejos sobre la escritura, tomados directamente de su ensayo  Politics and the English Language, de 1946.

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Un escritor escrupuloso, en cada frase que escribe, se preguntará al menos cuatro cosas:

  1. ¿Qué estoy tratando de decir?
  2. ¿Qué palabras lo expresan de la mejor manera?
  3. ¿Qué imagen o frase hará que sea más claro?
  4. ¿Esta imagen está suficientemente lograda como para tener algún efecto?

Y a partir de las respuestas, probablemente se hará dos preguntas más:

¿Podría decirlo de forma más breve?
¿He escrito algo que no suena bien y que puedo evitar?

A menudo usted puede tener dudas sobre el efecto de una palabra o de una frase, y necesita reglas en las que se puede confiar cuando falla el instinto. Creo que las reglas siguientes cubren la mayoría de los casos:

 -Nunca use una metáfora, símil, u otra figura de intervención que esté acostumbrado leer: evite los clichés.
– Nunca use una palabra larga donde pueda usar una corta.
– Si el significado no cambia, cuando dude entre poner o no otra palabra no lo haga.
– Nunca use la voz pasiva donde se puede utilizar el activo.
– Nunca use una locución extranjera, una palabra científica o un término de jerga si puede encontrar un equivalente en su idioma cotidiano.
– Rompa cualquiera de estas reglas antes de escribir cualquier cosa francamente bárbara.
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